Los despidos de Alphabet también afectan a los robots dentro de la compañía

La matriz de Google despidió recientemente a miles de empleados humanos y cerrará una unidad que trabajaba en robots que aprendían a abrir puertas y limpiar mesas.

Enseñarle a un robot a abrir una puerta debería brindarle toda una vida de oportunidades. Pero no es el caso de una de las filiales más recientes de Alphabet, Everyday Robots. Poco más de un año después de ‘graduarse’ en el laboratorio X de la compañía, el equipo que entrenó a más de un centenar de robots con ruedas y un solo brazo para limpiar las mesas de las cafeterías, separar la basura y el material para reciclar y abrir puertas, desaparece como parte de los recortes presupuestarios que se extienden por toda la matriz de Google, según confirmó una portavoz.

“Everyday Robots dejará de ser un proyecto independiente dentro de Alphabet”, declara Denise Gamboa, directora de mercadeo y comunicaciones de la división. “Parte de la tecnología y del equipo se consolidarán dentro de las actuales iniciativas de robótica de Google Research.”


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SPIDAR, el robot anfibio aeroterrestre de la Universidad de Tokio
Este prototipo llamado SPIDAR pesa aproximadamente 15 kilos y tiene cuatro extremidades con propulsores vectoriales

Surgimiento y caída de Everyday Robots de Alphabet

El proyecto de robótica es la última apuesta fallida de X, que en la última década también lanzó globos estratosféricos que transmitían señales de internet con Loon y cometas generadoras de energía con Makani, antes de considerarlos poco viables a nivel comercial para mantenerse a flote. Otras iniciativas de X, como Waymo para el desarrollo de vehículos autónomos y Wing, de pruebas con drones de reparto de comestibles, siguen funcionando como empresas dentro de Alphabet, aunque sus perspectivas financieras siguen inmersas en problemas normativos y tecnológicos. Al igual que Everyday Robots, estas compañías utilizaban tecnologías novedosas que prometían mucho en los ensayos, pero no eran completamente sólidas.

Everyday Robots surgió de los escombros de, por lo menos, ocho adquisiciones de robótica por parte de Google hace una década. Larry Page y Sergey Brin, cofundadores de la empresa, esperaban que el aprendizaje automático transformara la robótica, y Page, en particular, quería desarrollar un robot orientado al consumidor, según relata un antiguo empleado implicado en aquel momento, quien habla desde el anonimato para revelar las conversaciones internas. En 2016, pusieron al emprendedor de software Hans Peter Brøndmo al frente de un proyecto conocido entonces como Help, y más tarde llamado Moxie, para aprovechar el aprendizaje automático con el fin de desarrollar robots que pudieran realizar tareas rutinarias y adaptarse a entornos variables, explica la fuente.

El equipo montó parques y corrales de brazos, donde una flota de robots repetía durante meses la misma tarea, como clasificar la basura. Se trataba de un ejercicio rudimentario para generar datos con los que entrenar un modelo de aprendizaje automático que pudiera dotar a los aparatos de los conocimientos necesarios para utilizar sus cámaras, brazos, ruedas y dedos para interactuar con el mundo que les rodea. La novedad consistía en ahorrarle a los ingenieros el método tradicional de la robótica, que consiste en codificar instrucciones específicas para que las máquinas las sigan en cualquier situación posible. La idea funcionó en buena medida para las tareas iniciales. Google asignó a la flota de Everyday Robots, en plena pandemia, la limpieza de los comedores del gigante de las búsquedas y la inspección de salas de conferencias que pudieran estar desordenadas.

El año pasado, Everyday Robots mostró nuevos avances con los investigadores de inteligencia artificial de Google. El proyecto integró en el sistema robótico un gran modelo de lenguaje similar al que utiliza ChatGPT, lo que permite al ayudante mecánico, por ejemplo, reaccionar cuando alguien le dice que tiene hambre, trayéndole una bolsa de papas fritas. Pero Google y Everyday Robots destacaron en su momento que un mayordomo ambulante a la entera disposición del usuario distaba mucho de estar al alcance del consumidor. Algunas variaciones que a los humanos nos parecen triviales, como el tipo de iluminación de una habitación o la forma del paquete de las chips, podrían provocar fallos en su funcionamiento.

Desde sus primeros días, Everyday Robots se debatía entre su misión de investigación avanzada o la de comercializar un producto, cuenta el antiguo trabajador. Llegó a tener más de 200 empleados, entre los que se encontraban personas que supervisaban las operaciones con los clientes, enseñaban a bailar a los robots y se apresuraban en encontrar el diseño perfecto. Los expertos en robótica calculan que cada uno de sus robots costaba miles de dólares.

Esos gastos fueron demasiado para la empresa, cuyas “otras apuestas” más especulativas, como Everyday Robots y Waymo, perdieron unos seis mil 100 millones de dólares el año pasado. Las ganancias globales de Alphabet cayeron un 21% en 2022, hasta los 60 mil millones de dólares, al reducirse la contratación de anuncios en Google, mientras los inversores pedían a gritos que la compañía hiciera recortes. El 20 de enero, Alphabet anunció que despediría a unos 12 mil trabajadores, el 6% de su plantilla. Everyday Robots fue uno de los pocos proyectos que desaparecieron.

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